Os enseñamos cómo los instrumentos de vientos han ido cambiando a lo largo de la historia hasta llegar a instrumentos modernos como la trompeta. La física que se esconde detrás del funcionamiento de los instrumentos de viento, es la clave para su evolución.
¿Qué tienen en común un cuerno, una caracola y una trompeta? Si cortamos la punta, tanto de la caracola como del cuerno, los dos objetos se convierten en tubos, al igual que una trompeta. Tubos con diferentes formas es cierto, pero al fin de al cabo, tendrán una entrada y una salida y si soplamos en su interior el aire recorrerá ese circuito de principio a fin. Además si hacemos ese agujero de entrada con el tamaño perfecto para que se adapte a los labios, podremos crear una magnifica vibración labiar, que será amplificada y modulada por el cuerpo de nuestro «tubo» (caracola, cuerno o trompeta). Siempre que se cumplan esta condiciones, podremos hacer sonar cualquier tubo (un palo de fregona, una manguera, un cuerno una caracola o una trompeta). La combinación entre la vibración del labio (que origina el sonido) y las características del instrumento (tipo de material, longitud o masa) permite emitir un sonido con timbre y un tono diferente. Recordemos que la frecuencia del sonido (el tono), depende de la longitud y la presión de aire (como explicaba en el reportaje) y el timbre, de los armónicos que se producen en la onda de sonido al viajar a través de determinados materiales.